Escucha DIOS LAS CRIA todos los JUEVES de 2O a 22:OOHs. - MSN: DiosLasCriaFM@Gmail.com - Llamanos al: 4443-6858 o mensajes al: SMS: 116-151-3797
EL ACCIDENTADO REGRESO DE VIEJAS LOCAS: 30 heridos y 44 detenidos... Dejanos tu comentario...





"Eh, amigo, hay que volver. Retirada jamás, amigo", balbuceaba, aferrado a su vino en cartón, un pibe con los ojos más rojos que el ojo rojo del logo de Viejas Locas, la banda que había venido a ver al estadio de Vélez. Rodeado de sus secuaces, fumando y escabiando, el "amigo" miraba desde muy lejos los incidentes que se desarrollaban sobre la avenida Juan B. Justo, en los accesos a la cancha, y le pedía más valor a los que llegaban corriendo desde la zona caliente. "Retirada jamás, amigo", se animaba a pedir. El paréntesis de nueve años había terminado y los pibes estaban excitados desde temprano. Habían llegado de a miles desde todos lados en micros (no sólo los típicos naranja-escolares, sino también en coches de larga distancia, de dos pisos), camionetas y bondis, y más tarde la cifra oficial especularía con 40 mil asistentes. El campo del estadio de Vélez se fue llenando todavía con sol, para quedar hecho un hervidero a las diez de la noche, cuando el show comenzó. Tal vez comparable al de Soda Stereo, este regreso convocó fuertemente a los fans, pero en Vélez no había marketing ni sponsors: con Viejas Locas alcanzaba. La banda no estaba sola. Afuera, los stones y la policía se reencontraron después de años sin verse las caras. De un lado, pibes excitados y listos para la fiesta y los excesos, algunos sin entradas pero con aguante; del otro, milicias azules cabeza de tortuga, con bastones, balas de goma y gases lacrimógenos, y el apoyo del carro hidrante, del helicóptero y de la montada. ¿Era para tanto? Al menos 30 personas resultaron heridas y 44 fueron detenidas: las estadísticas se enmarcan en el linaje de la larga guerra de los Redondos y no es casualidad, porque el sabado fue una típica noche de la era pre-Cromañón (que incluso contó con un par de bengalas en el campo, durante el show). Cómo comenzaron los disturbios importa poco. Porque fue como siempre: el primer choque se dio en la puerta 6, la del campo, donde el laberíntico vallado que guiaba el acceso fue derribado al grito de "¡Vamo' Vieja Loooooo'!" y el embudo que la policía había montado como estrategia de cacheo se desparramó hacia adentro, a las corridas, directo al campo. Entonces aparecieron los caballos por primera vez. La barra brava de Vélez habría provocado otros incidentes, más tarde, apretando a los propios asistentes. Por eso fue silbatina cada vez que -ya dentro del estadio y entre tema y tema- quiso imponer sus himnos de cancha. Más tarde hubo gases lacrimógenos y chorros de pintura azul. Gente corriendo, gente llorando.


"Me pica el cuerpo y me arden los ojos por esa basura picante que echaron, ¿me lo merecía? Yo y tantos otros, muchos otros, que pagamos la entrada, juntando moneda a moneda para llegar a ver el regreso de una banda de la que nos sentimos parte, ¿todos nos merecíamos que pasara esto?", posteó una tal Maga en uno de los sitios dedicados a Viejas Locas. Como Maga, cientos (¿miles?) de fans de Viejas Locas tienen hoy su entrada sin cortar. El ticket -amarillo, rutinario, mediocre- ya no sirve como trofeo rockero, sino como ilusión de lo que podría haber sido.
Por Javier Sinay - Revista Rolling Stone
0 Responses

Publicar un comentario